En los últimos años, la banca digital en América Latina ha experimentado un crecimiento extraordinario impulsado en parte por la demanda de los clientes, la explosión aparejada por las nuevas tecnologías y la evolución de los estándares regulatorios.
Los bancos minoristas se enfrentan ahora al imperativo fundamental de reinventarse debido a los cambios en el comportamiento de los consumidores, la desafiante situación macroeconómica y la necesidad de tornarse más eficientes y rentables mediante la adopción de procesos nuevos y mejorados.
Los nativos digitales, los bancos digitales y los neobancos están construidos sobre la tecnología digital, la demanda del consumidor digital y la ambición de seguir siendo innovadores.
Pero la falta de agilidad empresarial, las culturas conscientes del riesgo y un marco regulatorio estricto han restringido el movimiento digital de los bancos tradicionales. Los bancos tradicionales deben reimaginar su posición en el ecosistema y adoptar la innovación para ayudar a enfrentar las dinámicas cambiantes y un contexto macroeconómico que está cambiando dramáticamente las estrategias en América Latina.
La ventaja de las fintechs ha sido siempre buscar el nicho especializándose y esta estrategia les ha permitido crecer exponencialmente. ¿Podrán los bancos imitar esta estrategia y enfocarse en las áreas en las que tienen una capacidad para ofrecer la mejor experiencia.
Los neobancos han aparecido por todo el mundo y el potencial de innovación disruptiva de las fintechs son una amenaza significativa para las empresas financieras y los bancos existentes. Para permanecer en un mundo digital, las instituciones financieras deben ser innovadoras y priorizar la tecnología de arriba a abajo.
Los nuevos actores como fintechs y neobancos son ejemplos claros de la competencia a la que se enfrentan los bancos tradicionales.
Para Carlos Mojica (Vicepresidente de Innovación y Transformación Digital, Banco Nacional de Bolivia SA), cuando los clientes empiezan a adoptar las soluciones de los competidores hay que estar atentos y tener una estrategia adecuada: “ Las fintechs y neobancos no solo son disruptivos por ganar a los no bancarizados, cumplen una función de bancarización, logran obtener participación en el share de un mercado que no tiene la oportunidad de ser bancarizado”.
En opinión de Mojica, los bancos necesitan encontrar la manera de ofrecer productos cien por ciento digitales, implementar plataformas digitales que los lleven a tener una continuidad digital y asegurar que los productos digitales tengan beneficios digitales claros.
La transformación digital en la banca es muy difícil de medir cuando el mercado local ya no es un termómetro y las expectativas que los clientes tienen de los servicios, se comparan con cualquier plataforma digital, más allá de la bancaria.
Para Santiago Jarrin (Chief Digital Officer, Banco Pichincha, Ecuador), es una mezcla de métricas tradicionales, de la calificación de los clientes pero también de benchmarks y competidores en otras regiones. Para Jarrin, el termómetro debería ser la región, la industria y varios mercados.
La verdadera transformación consiste en preparar un negocio para el futuro con nuevos procesos de negocio, modelos operativos y, a menudo, cambios fundamentales en la forma en que el negocio genera ingresos y gestiona los costos. El surgimiento, la evolución y la convergencia de fuerzas disruptivas siguen configurando el futuro de los servicios financieros.
La banca digital está diseñada para eliminar el tiempo y el esfuerzo dedicado en la banca tradicional. Sin embargo, para que una plataforma de banca digital tenga éxito a largo plazo, debe satisfacer las crecientes demandas de los clientes con respecto a la personalización, la usabilidad y la innovación, para construir una lealtad duradera y prepararse para el próximo desafío.
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