Regulación y tecnología: dos caras de una misma moneda llamada “Regtech”
El surgimiento de las innovaciones disruptivas puso de manifiesto la necesidad imperiosa de desarrollar nuevos modelos de negocios para los jugadores incumbentes del sistema financiero.
El surgimiento de las innovaciones disruptivas puso de manifiesto la necesidad imperiosa de desarrollar nuevos modelos de negocios para los jugadores incumbentes del sistema financiero. Sabido es que uno de los pilares fundamentales de la industria financiera es, justamente, la fuerte influencia que tienen las regulaciones sobre sus estrategias, procesos y tecnología para poder dar acabado cumplimiento a las mismas. Y esto es verdad. La regulación existe (y debe existir) porque tiene como misión resguardar el bien público así como también los intereses de los terceros que confían sus ahorros al sistema financiero.
Con frecuencia se olvida que cuando se habla de clientes no sólo estamos hablando de aquellos que quieren tomar un préstamo o utilizar servicios de pago a través de una institución. Clientes son también aquellos que confían sus ahorros a las instituciones a cambio de un interés que les otorgue una determinada rentabilidad o simplemente para su resguardo.
No es el objetivo discutir si la carga regulatoria que tienen las entidades es mucha, poca o la adecuada o si las fintech deberían estar igualmente reguladas. Solo sabemos que es imprescindible que la regulación exista. Partiendo de dicha premisa, es fácil comprender que la discusión sobre si las entidades pueden ser más o menos competitivas que las Fintech o, dicho de otro modo, que no están en igualdad de condiciones de competencia justamente por efecto de las implicancias regulatorias parecería carecer de sentido.
El punto es que la regulación existe y va a seguir existiendo por lo que quizás sería más útil cambiar el foco y tratar de entender cómo aprovechar más y mejor los avances tecnológicos para lograr un cumplimiento regulatorio más efectivo y eficiente lo que a su vez se traduzca en una mejora de la calidad de servicio y de la rentabilidad. Del mismo modo, claro está, hay una cuestión no menor que abordar y es que la transformación con la consecuente redefinición de los modelos de negocio ha dado origen a un nuevo paradigma de los servicios financieros que trae aparejado también la necesidad de readecuar las normas regulatorias vigentes a este nuevo escenario.
Entonces, por un lado se produjo la transformación de los modelos de negocios (lado A de la Innovación) y por el otro, las nuevas tecnologías aplicadas al cumplimiento regulatorio (“RegTech” o lado B de la Innovación) posibilitan la aparición de soluciones menos complejas y más eficientes, que a su vez podrían liberar capital económico para usos más productivos, la mejora en la calidad y eficiencia de la supervisión y tal vez la baja o eliminación de algunas barreras de entrada que posibiliten una mejora en la competitividad adecuada a los tiempos de instantaneidad en los que vivimos y una mayor inclusión financiera.
Y, en este punto, es necesario poner énfasis una vez más en la necesidad de desarrollar y trabajar en ecosistema entre las entidades, fintech, reguladores y empresas de tecnología aplicada al cumplimiento regulatorio. Por todas estas razones es muy necesario que todos estos actores pongan la mira en “RegTech”.
¿Cómo aprovechar «Regtech»?
Si se quiere contar con las ventajas que “RegTech” puede aportar es necesario tener en cuenta algunos de los principales problemas que las entidades enfrentan a la hora de dar respuesta efectiva y eficiente al cumplimiento regulatorio, como por ejemplo:
- Agregación de datos: la gestión integral de los riesgos o el desarrollo de pruebas de estrés requieren de una gran cantidad de datos, lo cual implica la recopilación y agregación de datos de alta calidad debidamente estructurados. Esto resulta muchas veces complicado por el uso de sistemas informáticos incompatibles y anticuados o por cuestiones de definición del mapa de datos e información rasgos muy comunes en nuestra región.
- Modelado y análisis de escenarios: La amplia gama de riesgos, los escenarios vólatiles y la diversidad metodológica hacen que los requerimientos sean cada vez más exigentes en términos de recursos con las capacidades necesarias dificultando su implementación.
- Monitoreo de las transacciones: la escasa calidad de la información disponible complica la automatización e interpretación de las transacciones para reconocer el lavado de dinero y financiación del terrorismo sobre todo en tiempo real.
- Identificación de los clientes y las personas jurídicas: los requerimientos de las normas de “Conozca a su cliente” podrían ser más eficientes mediante el uso de soluciones de identificación automatizados, tales como huellas dactilares, escaneo del iris, reconocimiento por voz, etc.
- Seguimiento cualitativo del comportamiento de los clientes: por lo general requiere el análisis de los patrones conductuales de los mismos. La interpretación automatizada de éstos permitiría enormes saltos en eficiencia, capacidad y velocidad de cumplimiento.
- Comercio exterior: requiere que los clientes lleven a cabo una serie de tareas para cumplir con la regulación. La automatización de estas operatoria podría garantizar el cumplimiento y aumentar la velocidad y la eficiencia de las transacciones.
¿Entonces qué? Teniendo en cuenta estos problemas y el surgimiento de las nuevas tecnologías como el Blockchain, Machine Learning, Cloud, IA, etc. ¿por qué no aplicarlas para que las instituciones financieras cumplan con las regulaciones? Esto no es otra cosa que “RegTech” propiamente dicho. La aplicación de la tecnología al cumplimiento regulatorio no es nuevo, así lo han venido haciendo los bancos desde hace tiempo. Lo que sí es nuevo y muy potente es la aplicación de estas nuevas tecnologías exponenciales que antes no existían y de las que ahora las entidades se pueden valer haciendo uso del lado B de la innovación.
Por ejemplo, el análisis automatizado de la información crea enormes posibilidades cuando se aplica a las cuestiones de cumplimiento. Algoritmos a través de la minería de datos pueden organizar y analizar grandes conjuntos de datos, incluso si estos datos no están estructurados o son de baja calidad.
O la Criptografía que permite un intercambio de datos más seguro, rápido y eficaz, sobre todo para los procesos de agregación de datos. El intercambio de datos con otras instituciones financieras, clientes y supervisores podría verse beneficiado en la misma medida. También, la Biometría que permite grandes mejoras de eficiencia y seguridad mediante el proceso de automatización de identificación del cliente requerido bajo las reglas de “KYC”.
O lo mismo ocurre con Blockchain que permite el desarrollo de plataformas de operaciones, sistemas de pago y los mecanismos de intercambio de información más eficiente entre las instituciones financieras y entre éstas y los organismos de control. Otro buen ejemplo son las Interfaces de Programación de Aplicaciones, mejor conocidas como API, que favorecen la interoperabilidad al asegurarse que los diferentes programas de software pueden comunicarse entre sí. Estas interfaces podrían, por ejemplo, permitir automatizar el proceso de presentación de información a los reguladores. Por último, la Nube que permite que parte de sus funciones de cumplimiento comunes sean alojadas en una única plataforma logrando así mayores eficiencias.
Claro está, y como casi siempre ocurre, dado un problema y sus posibles alternativas de solución también existen impedimentos que se hacen necesario gestionar para poder lograr su implementación efectiva. En este caso, podemos mencionar por ejemplo la protección de la información que muchas veces las leyes vigentes exigen y que hacen que la misma no pueda ser ampliamente compartida lo cual muchas veces duplica los costos de obtención, mantenimiento y uso de la información.
Otro impedimento está dado por la falta de armonización de datos ya que muchas instituciones de nuestra región carecen de una taxonomía común de datos incluso entre entidades de un mismo grupo económico. De igual modo, un claro factor que dificulta la adopción e implementación de nuevas tecnologías viene dado por los estrechos plazos que muchas veces las regulaciones imponen de cara a la revisión de las capacidades de tecnología de las entidades, lo cual sumado a la característica cultural de nuestra región de focalizarse más en el corto plazo, hace que las entidades multipliquen sus esfuerzos sobre sus capacidades actuales y legadas más que pensar en las nuevas tecnologías emergentes.
Pero no todas las barreras están dadas por cuestiones atribuibles a las instituciones, hay varias cuestiones por resolver también desde el punto de vista del regulador y muy frecuente en nuestros mercados, como por ejemplo la utilización de herramientas obsoletas que generan ineficiencias y posibilidades de manejar información con errores. “RegTech” está aquí para solucionarlos.
Todavía no hemos visto el nacimiento de soluciones ampliamente utilizadas y en nuestra región tal vez muchas instituciones todavía no están siquiera familiarizadas con las nuevas soluciones tecnologías emergentes. En Latinaomérica estamos asistiendo al surgimiento de la innovación como un tema importante a seguir en la agenda de las instituciones pero solamente la referida a su lado A, el que se relaciona en forma directa con la experiencia del cliente. Y está bien que así sea. Además, las regulaciones se encuentran en un punto de cambio dinámico que como tal aún no ha finalizado.
Esto trae aparejado incertidumbres acerca de los requisitos exactos de información necesaria lo cual hace más difícil para las entidades elegir una solución de cumplimiento particular. La situación descripta hace necesario un trabajo coordinado de toda la industria y un esfuerzo conjunto de colaboración para establecer estándares normativos claros para poder aplicar “Regtech” en la fase de desarrollo del producto de modo tal de poder garantizar luego su adecuado funcionamiento.
Es clave entonces el diálogo y la participación de los reguladores para que puedan proporcionar directrices claras sobre los requisitos de la solución y el cumplimiento de las regulaciones. Modelos del pasado donde el regulador dictaminaba las normas y las entidades acataban están rápidamente quedando en desuso. Si verdaderamente se pretende asimilar de forma concreta y en beneficio de todos los emergentes de la aplicación de las nuevas tecnologías y su impacto en los modelos de negocios, entonces el trabajo conjunto entre todos los actores involucrados es un imperativo. Hoy día los reguladores que intentan impedir el avance de los crímenes financieros están discutiendo cuál es la mejor forma de compartir los datos de un cliente entre las entidades y entre éstas y los organismos de regulación pero ¿cómo lograrlo sin sentar en la mesa de discusión a todos los actores?
“Regtech», el denominador comun de la misma moneda
No quedan dudas sobre el proceso de transformación tecnológica. Y por ello, la transformación del negocio y la transformación regulatoria. En los tres casos el eje principal es la transformación.
De la tecnología que trae aparejado la del negocio y por consiguiente también de las regulaciones ya que como se dijo la regulación seguirá existiendo mientras sea necesario proteger el bien común y la confianza en el sistema financiero. Entonces, ante un cambio del paradigma de negocios se hace necesario alinear la regulación y la tecnología, es decir “Reg Tech” como el denominador común de ambas caras de la moneda.
Por ello, “Regech” requiere de la colaboración de todos los actores del sistema financiero que antes estaban aislados y que improbablemente pudieran haber sido socios: los reguladores, las instituciones financieras, las fintech y las empresas de tecnología dedicadas a brindar soluciones de cumplimiento regulatorio. Esto ayudará a fomentar la inclusión financiera, a mejorar la calidad de servicio al cliente, la seguridad en la aplicación de las nuevas tecnologías y la agilización que la experiencia del cliente hoy demanda para brindar productos y servicios consistentes y de calidad superior.
Existen diversos mecanismos de trabajo para que los actores de este ecosistema puedan funcionar como tal. Regulación e Innovación no son términos opuestos. “RegTech”, es el común denominador. Puede ser un impulsor clave y necesario para lograr un sistema financiero más inclusivo, transparente, eficiente y flexible tal como los usuarios lo demandan. El desafío está abierto y el ecosistema deberá responder si está verdaderamente preparado para enfrentarlo y superarlo. Así sabremos si la industria financiera latinoamericana ha logrado evolucionar o no al siguiente nivel.