En un mundo cada vez más digitalizado e hipercompetitivo, la banca se enfrenta al desafío de adaptarse constantemente para mejorar la eficiencia y la personalización de sus servicios. Con la creciente demanda de experiencias más ágiles, seguras y “a medida” (personalizadas), la industria financiera está explorando diferentes enfoques para satisfacer las expectativas de sus clientes.
Ninguna institución quiere quedarse atrás de esta carrera, y la innovación es una de las principales estrategias por las que están apostando para ganarla. Así lo indica un informe reciente de Forrester que reveló que un 77% de los ejecutivos bancarios afirma que sus organizaciones aumentarán el gasto en tecnologías emergentes este año.
La Inteligencia Artificial es la tecnología de moda en estos días, con un 85% de ejecutivos de la banca asegurando que tienen una estrategia clara para adoptarla en el desarrollo de nuevos productos y servicios. Sin embargo, hay otras tecnologías emergentes que tienen un gran potencial para transformar la industria como la conocemos hoy en día, y tener un impacto directo en factores determinantes como mejorar la velocidad de atención y la personalización de la oferta. A continuación te presentamos las cuatro nuevas tecnologías más relevantes para la banca, más allá de la Inteligencia Artificial.
Aquí estamos hablando de un concepto que parece sacado de una película de ciencia ficción pero ya es una realidad. McKinsey define al Metaverso como un universo virtual compuesto por mundos virtuales interconectados, redes sociales y economías virtuales. Es una experiencia totalmente inmersiva que permite a los usuarios interactuar entre sí y con objetos virtuales en tiempo real, y se extiende más allá de la realidad virtual y la aumentada para incluir tecnologías como blockchain, Inteligencia Artificial y redes 5G.
Recién se está experimentando en cómo los bancos pueden aprovechar el Metaverso para innovar en la oferta de productos y servicios, pero poco a poco se va consiguiendo una idea clara de su potencial.
Una de sus utilidades más destacadas es la mejora de la relación con los clientes, ya que puede transformar las experiencias digitales, haciendo que sean más personalizadas e inmersivas. Por ejemplo, mediante esta tecnología emergente, los usuarios pueden crear avatares y entornos virtuales que reflejen sus preferencias personales. Los proveedores de servicios financieros pueden utilizar esos insights para adaptar las experiencias a las necesidades individuales de su público. Así, por ejemplo, podrían presentar información financiera de manera visualmente atractiva y fácil de entender, o proporcionar recomendaciones de inversión personalizadas en función de los objetivos y el perfil de riesgo de cada usuario.
Además, puede permitirle a las organizaciones del sector generar oportunidades y estrategias para llegar a un público más jóven. Las nuevas generaciones son digitalmente activas, pasan una gran parte de su tiempo conectadas online, y se sienten más atraídas por productos y servicios innovadores como las criptomonedas o la realidad virtual que por otros más convencionales.
En América Latina ya se están realizando experiencias inmersivas en el Metaverso. El Banco do Brasil, por ejemplo, anunció en 2022 el lanzamiento de BraBlox, la primera experiencia del banco en el metaverso del juego Roblox, uno de los más populares del segmento en la actualidad. Orientado a un público joven, BraBlox guía a los jugadores a través de un mapa lleno de rompecabezas que proporcionan orientación sobre inteligencia financiera, ayudando a resolver problemas reales de economía y planificación.
La Web 3.0 es una evolución de la web actual que busca proporcionar una web más inteligente y semántica, donde las máquinas puedan comprender y utilizar la información de manera más efectiva, ofreciendo servicios y contenido más relevantes y personalizados. Asimismo, esta tecnología se basa en blockchains públicos con el fin de apostar por una democratización y descentralización de la red.
En cuanto al impacto de la Web 3.0 en la industria bancaria, se espera ver avances significativos a corto plazo, principalmente, porque esta tecnología emergente permite una mayor interoperabilidad de datos. Gracias a esto, los bancos tienen la posibilidad de acceder y compartir información de manera más fluida y segura, para facilitar la integración de sistemas y la colaboración entre diferentes proveedores de servicios financieros, lo que deriva en una mayor eficiencia operativa.
Pensando en los beneficios que puede tener para los clientes hay dos que son destacables. Uno de ellos es una mejoría en la usabilidad, puesto que como la Web 3.0 utiliza interfaces más amigables y personalizadas, puede facilitar operaciones tales como la realización de transacciones y consulta de información financiera, entre otras, haciéndolas más fluidas e intuitivas. Junto a ello se suma una mejora en la seguridad, puesto que incorpora tecnologías avanzadas, como la encriptación de datos y la autenticación de múltiples factores, que ayudan a proteger más sólidamente los datos y las transacciones.
Poco a poco los bancos están adoptando los beneficios de la Web 3.0. El Banco Santander, por ejemplo, ha lanzado el primer bono que utiliza tecnología blockchain de principio a fin, es decir, que se mantendrá en la blockchain durante toda su vida útil, desde su creación hasta su vencimiento. Este bono de 20 millones de dólares ha sido emitido de forma más rápida, eficiente y sencilla gracias al uso de esta nueva tecnología.
Las plataformas No-Code (sin código) y Low-Code (poco código) ofrecen a los usuarios la capacidad de crear aplicaciones aunque no tengan conocimientos técnicos o de programación extensos. Si bien inicialmente el enfoque del Low-Code era agilizar el trabajo de los ingenieros cualificados, el No-Code evolucionó para permitir que cualquier persona programe.
Además del desarrollo de aplicaciones, este tipo de plataformas también se pueden utilizar para automatizar procesos empresariales, como el análisis de datos, la gestión de documentos y el CRM, entre otros, de forma más simple que la que se utilizaba hasta hace poco tiempo como única alternativa.
El potencial que tienen para los bancos es muy alto. Las plataformas Low-Code y No-Code, por ejemplo, pueden acelerar el proceso de desarrollo de aplicaciones y servicios. Eso es así ya que proporcionan componentes predefinidos, interfaces visuales y herramientas de arrastrar y soltar, que permiten crear soluciones más rápidamente. De esta forma, es posible lanzar nuevos productos o servicios de manera más ágil y eficiente y, asimismo, involucrando en el proceso a profesionales que no provengan del área de IT necesariamente. Estos perfiles añaden valor desde diferentes ángulos, ya que permiten hacer frente a la escasez de talento de IT, pueden representar un ahorro de costes y aportan otra perspectiva, dependiendo de su formación y área de trabajo.
Las plataformas Low-Code y No-Code están siendo cada vez más utilizadas en la industria de servicios financieros. CredAbility, por ejemplo, ha utilizado la plataforma low-code OutSystems para crear una aplicación web y móvil que ayuda a los clientes a acceder un 33% más rápido a información financiera relevante para sus necesidades específicas.
La computación cuántica es un campo emergente de la tecnología que utiliza principios de la física cuántica para procesar y manipular información de una manera completamente diferente a la computación clásica. A diferencia de los bits tradicionales, que pueden estar en estado 0 o 1, los qubits cuánticos pueden estar en superposición, representando múltiples estados simultáneamente. Esto permite que los algoritmos cuánticos realicen cálculos mucho más rápido en ciertos casos específicos.
Aún en etapa temprana de desarrollo, se espera que deje huella de forma significativa en diversas áreas de la industria financiera. Por un lado, tiene el potencial de fortalecer la seguridad de los sistemas y datos bancarios. Mientras que, por otro, la capacidad de procesamiento masivo que ofrece la computación cuántica permite a las instituciones financieras analizar de forma eficiente y precisa grandes volúmenes de información, lo cual brinda la oportunidad de ofrecer servicios ultra adaptados y personalizados según las necesidades y preferencias individuales de cada cliente.
Es de destacar que al utilizar la capacidad de procesamiento masivo y los algoritmos cuánticos, las instituciones podrán desarrollar soluciones más sofisticadas, como modelos de predicción de riesgos más precisos, sistemas de detección de fraude más avanzados y servicios de gestión financiera personalizada, que impactarán directamente en la eficiencia de la operativa diaria.
En cuanto a bancos que ya están utilizando la computación cuántica, uno de los pioneros está siendo J.P. Morgan. La institución está investigando cómo servirse de la computación cuántica para solucionar desafíos como la fijación de precios de las opciones, la detección de fraudes, el modelado de riesgos y otras operaciones financieras.
Está claro que hay un nuevo panorama de disrupción por delante que va mucho más allá de la Inteligencia Artificial y las instituciones financieras se enfrentan al desafío de priorizar su uso para lograr un crecimiento sostenible y no quedarse atrás frente a la competencia ni a las expectativas y necesidades de los clientes. A medida que las tecnologías emergentes redefinen el significado de la innovación, es crucial evaluar continuamente el panorama y determinar cuáles tienen el mayor potencial de acuerdo a los objetivos de cada institución.
Como hemos visto, las tecnologías emergentes abren grandes y emocionantes oportunidades para la industria bancaria. No obstante, es necesario pensar bien en la estrategia de adopción para implementarlas de forma rentable, inteligente y con la perspectiva adecuada.
Por ejemplo, en los últimos años los bancos y las empresas de todo el mundo han gastado billones de dólares en iniciativas de innovación bajo el concepto de la Transformación Digital. Algunos han tenido éxito, muchos han fracasado, y muchos siguen invirtiendo sin claridad sobre sus objetivos de Transformación Digital. Sin embargo, por más productivos que puedan parecer los esfuerzos de modernización, y por seductoras que sean sus promesas, el concepto de Transformación Digital lleva dos suposiciones erróneas. La primera es que sólo se trata de adoptar nuevas tecnologías. La segunda es que hay un estado final, un antes y un después.
La realidad de hoy en día nos entrega otra constante verdad: que el ritmo del cambio nunca disminuirá. Las arenas movedizas de las dinámicas del mercado, los competidores y las expectativas de los clientes sólo se moverán más rápido, y la necesidad de transformación nunca tendrá un fin.
Ante estas evidencias, los líderes más innovadores ahora entienden que la Transformación Digital no es suficiente para prosperar. Al contrario, la clave radica en aprender cómo adaptarse de forma continua: cómo responder de forma ágil, inventiva y eficaz a un ritmo del cambio cada vez más veloz y que nunca se detiene.
Ser adaptativo exige comprender la verdadera naturaleza de la adaptación y sus implicaciones para la industria financiera, tanto a nivel organizacional como personal. Un excelente primer paso es descargar el exclusivo e-book "El Fin de la Transformación Digital y el Comienzo de la Era de la Adaptación Infinita", escrito por Chris Colbert, Former Managing Director de Harvard Innovation Labs y Chairman of the Board de Fintech Americas.